martes, noviembre 07, 2006

 

Pedro Pietri Way

Por la calle 3 entre B y C, Pedro masculló sus palabras como el apodo de su infancia que ahora es el nombre de su hijo "Speedo", sin freno en el dictado de las palabras, mas decía: "brother, a veces digo unas cosas que me siento marioneta, y después me río. Esa es la jodida locura del poeta...tu sabes... A uno le vienen las palabras y no hay freno" (y se reía).
Por esta calle llegaba planeando su puesta en escena en el Nuyorican, cada noche era su noche, el sin olvido de quienes le escuchabamos en su verso escondido tras la ironía en risa, tras la broma en sarcasmo, en la crueldad de la palabra denuncia o en las breves y numéricas cabinas telefónicas. Pedro de negro con su bastón de mano plástica para los escrupulosos de su vitiligo, su cajón de mensaje variado "Free grass for the working class" "rent a coufin" y de condones lleno. Esa caja maletín de secretos donde cargaba su iglesia y de donde salía su irreverencia de reverendo.
Por esta calle camino hablando con Pedro en las noches, saludo a Julio, miro el mural del cafe desde donde él mira el trasegar, siento ausencia de tantas cosas que sucedian en torno a él, esa mitología moderna de ser original, diferente, haciendo su historia en la que no dejaba de torear dificultades pero que tampoco le impedía solucionar de forma increible. Pienso en Pedro siempre que camino por la acera de la 3 como si fuera una oración que trae risa al recordar las mil anécdotas que viví con él y las 100.000 que otros cuentan.
En la esquina de la 3 y B, está la placa que nombra esta calle a su memoria, a su ausencia y este corto texto para recordarlo.

Uno ama a los amigos pero es cierto lo de la muerte.

R.L. Peña-Villa

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