domingo, enero 08, 2006

 


Aunque este texto no es de mi autoría mas lleva mi nombre y hace muchos años lo hallé en un periódico, me parece apropiado para curar la soberbia propia y a la vez, la colectiva con quien lo lee.
Bienvenidos

Ricardo, el que te venza será tu amigo
Por Helme Heine
Todos los huevos son iguales pensaba mi madre, hasta que un día soleado de verano puso su primer huevo.Era el huevo más lindo del mundo y mi madre se sentía enormemente feliz.Veinte días más tarde salía yo del huevo. Mi madre me llamó Ricardo. Mi madre era una buena cuerva. Me traía comida desde la mañana temprano hasta tarde en la noche. En poco tiempo fui más fuerte que mi madre. Ella reía y me decía contenta: "Ricardo, mi Ricardo, eres el cuervo más fuerte del mundo". Pensé que mi madre tenía razón, y para comprobarlo, decidí correr mil aventuras. Volé sobre el hielo antes de que mis alas estuvieran desarrolladas. Rápido como el viento galopé sobre la liebre. La rata miserable salió corriendo asustada de mis golpes. Le hice frente al carnero. El águila orgullosa voló casi estrangulada bajo mi abrazo. Le di al oso una paliza. Tiré a la vaca de espaldas.Vencí al elefante en una prueba de fuerza. Cada mes, levantaba un cuervo más, hasta que pude sostener cinco cuervos sobre mis alas extendidas. Todos los cuervos vinieron a competir conmigo. Eran muchos y los fui venciendo uno a uno. Ahora era el cuervo más fuerte del mundo y me sentía orgulloso y feliz. Pero pasó algo muy raro: los cuervos se fueron volando de allí, me quedé solo. Nadie quería seguir peleando conmigo.
Un día encontré un cuervo viejísimo cuyas plumas se habían vuelto blancas "Yo soy el cuervo más fuerte del mundo. Pero, ¿dónde están mis amigos?, pregunté inseguro. "El que te venza será tu amigo", graznó el cuervo. "Deja que Ricardo pelee contra Ricardo".
Yo me reí y después comenzó una pelea de la que los cuervos hablarán por los siglos de los siglos.
Peleé conmigo mismo, el ala izquierda contra el ala derecha, las garras contra el pico, el corazón contra el cerebro. La pelea duró un día y una noche. Luego me di por vencido. Estaba tan cansado que puse mis alas desgarradas sobre el hombro del viejo cuervo. Cuando alcé la vista vi que estaba rodeado de cuervos, que me miraban muy serios y atentos. Volé con ellos y desde ese momento tengo muchos amigos...

Comments:
hey. cuándo escribirás más en el blog?
 
Que falta que me haces....Escribe!
 
Oye, Feliz año y donde esta Tango ???
TereB
 
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