Umbrella 3D

Death leap at Empire State Bldg.

1a Versión

A young Manhattan man jumped to his death from the 66th floor of the Empire State Building yesterday afternoon, cops said.
Police were investigating why David Abramowitz, 21, committed suicide at the landmark building about 3 p.m., landing on a sixth-floor ledge.
"I saw this black shape out of the corner of my eye and thought nothing of it, like it was a bird," said Jackie Materon, who works in a bookkeeping office on the 60th floor.
Abramowitz bought a ticket for the building's 86th-floor observation deck yesterday afternoon, police said, but he was seen on surveillance video returning to the lobby.
Police said Abramowitz then boarded another elevator and apparently got off on the 66th floor. Investigators found an open window in some vacant office space there.
Numerous building employees called 911 after seeing the fatal plunge, then peered out their windows to see the body crumpled on the ledge above W. 34th St.
The last suicide at the historic building was in November 2004.

2a Versión

February 2, 2006 -- A despondent man jumped to his death from the Empire State Building yesterday, police said.
"An employee in my office yelled out, 'Oh my God! A big black bird just went past the window,' " said David Burgos, 27, who works on the 60th floor.
"He ran to the window and saw it was a body."
A security camera recorded the suicidal Dovid Abramowitz buying a ticket to the 86th floor observation deck at around 3 p.m., police said.
Abramowitz, 21, who lived on Grand Street on the Lower East Side, got off the elevator at the 66th floor.
He entered a vacant office, opened the window and jumped, police said.
He landed on a sixth- floor parapet facing 34th Street.
Cops did not say if he left a note.
He is believed to be the 34th person to jump to his death from the building since it opened in 1931

La Ciudad Diminuta del Pájaro Inmenso

Como último deseo y por propia voluntad tomaré el camino del vuelo, y si lo logro, ya sabré que todo lo soñado es posible. Por eso quiero escribir en tercera persona lo que haré, para ratificar la certeza, apartar lo afectivo y como bitácora de vuelo. Morir como un alcatraz contra la piedra en que nací a la segunda vida. En caso de fallar, seré Fénix, espero.

Acto Uno
Un hombre soñador con aspiraciones de volar por sus propios medios, tomó la decisión para asegurarse de que todo lo imaginado ha de ser llevado a la práctica, por inverosímil que se crea, y además para probar que hacerlo es ratificarse la importancia de la creencia en sí mismo. Un plan a solas en el encierro de su humilde cuarto, miles de trazos en la memoria y ahora la comprobación sin anuncios, el deleite de la sorpresa.
La lista de los materiales cautelosamente detallada, la decisión en su risa a solas, las condiciones del tiempo medidas basándose en los informes meteorológicos emitidos en la oficina central de Albany; capital del estado. Además de los informes de radio y televisión.
Consiguió unas finas barras de hierro aleado con plomo de alta resistencia a la presión, 10 metros de lona almidonada, una aguja capotera inmensa, por cuyo ojo pasarían todos los camellos y pecadores juntos que hay sobre la tierra, además de hilo encerado resistente como para atar un buque y con el cual se cosería la lona.
Todo dispuesto para el plan y la acción. Los modelos de las alas, cortados de antemano en la idea preconcebida, habían llegado a su definición. Blancos papeles trazados con mapas de líneas llegadas a la memoria en los cortes más vertiginosos, todo con la directriz de que la concatenación es perfecta. Moldeados en aeróbicas puntas, los metálicos marcos han dado la forma curva que romperá el viento como centella contra un astro.
Los planos trazados ene veces en la memoria, se verificarán mañana. En una hoja de madera trazó el croquis de su cuerpo como el modelo pintado por Da Vinci. Aparecieron luego, puntos, líneas, y medidas en perfecto plano para el corte en nesgas, pues el diseño triangular de los cortes hará ganar resistencia. Se sentía el único practicante del Nestorianismo sin separar lo divino de lo humano, como herejía del amor propio.

Mañana domingo, el Empire State Building, estará atestado de turistas con cámaras. Es primavera y la terraza será escenario disponible para el plan. El espacio entre el tope de la malla y el piso, permite un salto de gato. Sólo el espacio es para mi cuerpo y ...el salto. Sí, esta noche a las 8:35 de este momento, la maquina de coser da la puntada que mis deseos marcan, aguja del arrojo; el pedal es lento para mis ansias que avanzan desesperadas.
Cuando aparece el sol pleno, he terminado mi obra y voy a descansar para ser un nuevo a las 3:33 de esta tarde, hora de la acción.

Preparado como un soldado vengador, dispuesto en la estación del tren, decidido a mi propia instancia. Son las 2:30 y voy hacia el destino. En el tren F pienso en silencio dirigido a los otros pasajeros, "ya sabrán de mi ...".
Concatenado cada movimiento, entro al edificio y para justificar el diseño extraño que llevo conmigo, voy tomando fotos y por el lente me meto en los ojos del guardia de seguridad, quien me posa desconfiando de mi equipaje extraño, pero entre excusa y gesto justifico el paso. Tomo el elevador y para evitar el dudar, voy directamente al baño de caballeros donde éstos se acicalan y desocupan fisiológicamente. El estrecho cubículo me aloja por dos minutos y el reloj marca las 3:29, tengo cuatro minutos.
Las consecuencias últimas han sido medidas y todo está dispuesto para la hazaña o para el abandono mundano, para el jugarse la suerte hoy, elegido día. 3:32 p.m.
El salto está calculado, el muro, la reja, y como una araña por la malla asciendo.
Una, dos, y...tres !!.
Doy el salto fuera de la puerta ante los hombres y mujeres que miran mis alas de murciélago blanco. Al salir en mi emoción grité: - fotos, pictures, fotos, pictures; para que alguien grabara mi proeza y sólo unos pocos reaccionaron, mientras trepaba la reja. Los automóviles - hormigas van de un lado al otro por la Quinta Avenida y la “masa - gente”, atesta las “aceras - bordes”.

Decidido, sin un último pensamiento, salto y en mis brazos siento la tensión del viento en mis alas liberadoras, placer inmenso de Ícaro.
Me siento libre, amo de New York y del mundo … No puedo controlar la presión de caída libre, voy hacia abajo vertiginoso, el taxi amarillo es cada vez más grande al bajar, y ...zas.

Nota: Este cuento fue encontrado en el bolsillo de un hombre que al parecer soñaba con volar y que lo ejecutó desde el balcón del mundo, un domingo a las 3:33 p.m. Según dice el papel encontrado en su bolsillo.
La voz que escucha desde usted al leer esta historia, es la prolongación del eco del pensamiento de ese hombre.